Como sabes todos los seres vivos incluyendo a los humanos necesitamos de satisfactores básicos (y no tan básicos) para nuestra vida día a día, sin embargo has pensado ¿de dónde viene todo lo que consumes y a dónde va todo lo que desechas?, ¿De dónde viene la energía que se necesita para poder encender la TV, el micro, la computadora, o la gasolina para usar tu auto? Y especialmente ¿tienes idea de cuánto territorio productivo se necesita para que todos estos productos y servicios se produzcan, así como para que sus residuos sean reasimilados en la naturaleza?, pues bueno un par de personas lo hicieron; William Rees y Mathis Wackernagel, estos dos individuos después de una investigación para dar con un método capaz de medir esto en 1994 el libro Ecological Footprint and Appropriated Carrying Capacity: A Tool for Planning Toward Sustainability vio la luz.
La huella ecológica es un indicador que considerando la tecnología con la que se cuenta hoy en día y durante el transcurso de un año, calcula cuantas hectáreas globales de territorio productivo -hectárea global se define como la media productiva global de una hectárea- de tierra o mar se necesitan para generar los recursos consumidos por un individuo, una comunidad, un país o el planeta entero, así como la reasimilación de sus desechos, evidentemente no todos los estilos de vida son iguales, algunas personas consumen mas recursos y generan mas desperdicios que otras.
Existen varias calculadoras en Internet para ayudarte a saber tu huella ecológica -al final de la pagina encontraras ligas a algunas- pero es importante mencionar que por distintos factores y complicadas mediciones matemáticas pueden no ser cien por ciento exactas, pero si son bastante precisas y te ayudan a entender de un modo sencillo tu consumo.
Y aquí viene el porqué de todo esto, una vez que se ha contabilizado tu huella ecológica o el numero de hectáreas necesarias para soportar tu modo de vida- se compara con el máximo de hectáreas que se supone una persona debiera aprovechar, esto con base a una media mundial, para esto se considera el total de habitantes versus el total de tierra productiva, de este modo se sabe cual es el déficit ambiental y cuantos planetas iguales al nuestro deberían existir si toda la gente consumiera como x persona.
En el 2007 el promedio de la huella global era de 2.7, así que esto debiera ser una llamada mas a la población global en la que se les haga notar que el estilo de consumo es demasiado alto y debiéramos tomar medidas si no queremos acabar con la capacidad regenerativa del planeta. Así naciones que tienen consumos altos están creando un déficit, perjudicando a otras naciones de las que están obteniendo parte de esos recursos.
Se tiene además que tomar en cuenta que muchas de las naciones mas pobres en las que su consumo es de 0.8 hectáreas aspiran a mejorar su nivel económico deben aceptar como máxima el proyecto de desarrollo en el que el consumo desmedido es la regla, proyecto impuesto en muchas ocasiones por las naciones mas ricas en las que el gasto por hectáreas promedio asciende a ¡6.4 hectáreas por individuo!, es así que una vez mas el proyecto civilizatorio occidental basado en el neoliberalismo demuestra ser negativo y extremadamente caro a el planeta y todos los seres que en el habitamos.
En México nos encontramos desafortunadamente arriba de la media global con 3.0 hectáreas globales por persona, a nivel Latinoamérica ocupamos la quinta posición, por debajo de Uruguay, nación que consume 5.13 hg/p, Chile consume 3.24 hg/p, Paraguay con 3.19 hg/p y de Trinidad y Tobago, con 3.09 hg/p, mientras que a nivel global la numero 55, esto quiere decir que si todos los seres humanos vivieran con el perfil del mexicano promedio necesitaríamos ¡1.5 planetas!
Dado este tipo de información es claro que tenemos que cambiar nuestra forma de consumir y de interactuar con el planeta, en el boletín pequeños cambios grandes soluciones puedes encontrar muchos consejos de gran ayuda para ayudar a disminuir tu huella ecológica.
FUENTES Y MAS INFORMACION
http://en.wikipedia.org/wiki/Ecological_footprint#cite_note-3